I miss you, you know.

Otra vez esas emociones opuestas. ¿Hasta dónde va a llegar mi locura? Una parte de mí se siente enojada con vos, por tu falta de interés y, al mismo tiempo, otra parte busca razones para sostener la idea de que mi enojo fue estúpido. También estoy enojada conmigo misma, por haber roto mi promesa. Estoy harta de sentirme defraudada, por mi misma y por otras personas. Pero sobre todo por mí misma. Me prometí millones de veces lo mismo y otra vez caí en la misma situación. Odio sentir ese dúo de amor-odio. No me gusta. No me gusta para nada. No quiero enojarme con vos pero no puedo evitarlo. Te necesito, la puta madre. Es difícil no extrañarte y es todavía más difícil no dejar que eso me afecte. Yo sé que tiene que ver con eso. Lo sé por lo rápido que cambia todo dentro de mí, por lo rápido que se calma ese torbellino de sentimientos. Ahora estoy tranquila y en paz, pero sé que si pasa algo, mi humor se va a dar vuelta completamente. ¿Será que estoy loca en serio? ¿O serán las hormonas? ¿O será simplemente que te extraño demasiado y que busco formas de extrañarte un poquito menos?

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