I feel good, no one is gonna stop me now.

Es sencillamente increíble y sorprendente como todo resultó perfecto. Parece como si la semana pasada y todo mi mal humor y locura no hubieran sido más que una broma de mal gusto. Es casi absurdo como cambió todo. Pero no voy a explayarme en mi sorpresa porque prefiero dedicarme a disfrutar de mis vacaciones, con todo lo que eso conlleva. Estoy libre de materias (oh si), faltan 4 días para que cumpla 17 años y hoy viví unos de esos momentos para recordar. Por primera vez en este dichoso y demente mes de Noviembre me siento positiva. Y con esa repentina positividad viene la satisfacción. Porque esta es la versión de mí que quiero ser. Quiero creer, quiero poder ser yo sin preocuparme por lo que piensen los demás, quiero disfrutar de cada instante que paso con él y que mis boludeces no me atormenten, quiero reírme con mis amigos, quiero pasar momentos gratos con mi familia, quiero festejar mis 17 siendo feliz. Y hoy, cuando él me hizo esa pregunta, supe que lo material no me importa tanto como antes. Me da igual si mi regalan plata, un CD o un libro. Yo sólo quiero tenerlos a mis amigos, a él y a mi familia y poder ser feliz con eso. Porque hoy me siento así por esas personas que marcan la diferencia y que revierten hasta la más desesperante de las situaciones. Hice mi mayor esfuerzo para dejar de preocuparme y tuve mi recompensa. La salida de ayer y la tarde de hoy no la hubiera cambiado por nada. Ah, Dios. No les puedo explicar lo FELIZ que me siento. Es algo que me supera, en todas las dimensiones. Ojalá (y cruzo los dedos) esto dure mucho tiempo. Quiero seguir sintiéndome bien.

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