Patético, oh si. Lamentable, sin dudas. Absurdo, claro que sí. Pero de alguna forma seguís volándome la cabeza... Sí, fue imperdonable haberte buscado de esa manera. Te seguía con la mirada, te evitaba pero a la vez necesitaba verte. Tuve una dosis más que suficiente de vos pero te necesitaba, como si fueras mi marca personal de heroína. Una dosis suficiente de vos. "Pero eso es bueno o malo?", me preguntó ella. "Sinceramente, es bueno. Me sigue pareciendo el chico más lindo que existe.", respondí yo.

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