You're beautiful... it's true.



Se me hace difícil negar que no me preocupa la situación actual. Una parte de mí se esfuerza por fingir que no importa lo que pase, que valió la pena y que quizás, las cosas no son como yo me las imagino. Sería de tontos suponer que sé su versión. Pero hay otra parte que, lejos de ser optimista, siente que esto se va a derrumbar ante el menor soplo del viento. Y esa parte de mí sabe que no soy tan fuerte como pretendo ser y que me va a doler. No tiene sentido decir que no entregué todo lo que tenía. Estoy metida en esto por completo. Y esa pregunta vuelve a mí, todo el tiempo. ¿Si hubiera sabido los riesgos, lo hubiera hecho igual? ¿Hubiera arriesgado todo igual? La respuesta está clara, tan clara como el agua. Claro que sí. Lo haría miles de veces, aunque eso significara que mi corazón se rompiera una y otra vez. Suena masoquista pero estoy convencida que los momentos vividos lo valen todo. Tal vez ya se agotó lo que había y esto es el final. Tal vez es sólo una tormenta que tenemos que pasar. O tal vez es sólo mi imaginación. Las posibilidades son muchas y las oportunidades, aún más. ¿Cómo podría afirmar lo contrario? Y no estoy siendo positiva. Estoy siendo realista. Más vueltas le doy, más confuso es todo así que es mejor no pensar. Mañana tengo que estar con todas las energías puestas en la obra y en disfrutar cada instante. Quiero ser capaz de dejar todo ahí arriba y sentirme bien conmigo misma. No puede ser tan difícil. 

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