Quizás suene repetitiva pero no me voy a cansar de decir lo maravilloso que se siente esto. Me siento orgullosa de mí misma porque no caí en mis típicos ataques depresivos de "oh, hace mucho que no lo veo" o "se olvidó de mi" o (este era el más probable) "oh no, se fue a Bariloche". Admito que estuve a punto y que dude muchas veces, e incluso me sentí mal. Sin embargo, lo superé y me alegra. Porque, aún si las cosas no siguen bien (cosa que dudo) me probé a mi misma que soy fuerte y me banco las distancias, que puedo seguir viviendo. Sé que sueno trágica y tremendista, pero soy una persona que se desilusiona fácilmente y que se derrumba por las cosas más ínfimas. Cuando tomé conciencia de la semana que tenía por delante, pensé que iba a ser una semana gris llena de tristeza y lágrimas. Pero me equivoqué. No voy a decir que fue una semana feliz o radiante porque lo extraño y no hay nada que cambie eso, pero estos días fueron soportables. Faltan varios días para su vuelta pero no importa. En un abrir y cerrar de ojos va a ser lunes y todo va a quedar atrás :)
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