Empieza el último mes del año y no puedo evitar pensar en cómo cambió mi vida. Jamás pensé que iba a vivir las cosas que viví y, sobre todo, sentir las cosas que sentí y siento. Me siento tan completamente enamorada que toda mi antigua obsesión me parece absurda. ¿Cómo podía llamar a eso amor comparado con ESTO? ¿Cómo podía llamar a eso amistad comparada con la sincera, fiel e irrompible amistad que tengo con ella? ¿Cómo podía temerles tanto si su opinión no es la que importa? ¿Cómo podía pensar que era auténtica si aún ahora me cuesta entender quien soy en realidad? Aprendí muchas cosas durante estos meses y cambié. Cambié muchísimo. O al menos así me siento yo. La persona que era a principio de año no me parece más que un fantasma, que cada vez se vuelve más irreal. Me resulta difícil pensar en mi vida antes. Es como una nebulosa, donde mis recuerdos se mezclan y ciertos sentimientos palidecen. ¿Será que mi presente es tan intenso que mi pasado parece insulso en comparación? No lo sé y quizás tampoco quiero saberlo. No lo necesito porque no cambiaría mi presente. No digo que sea perfecto, pero tengo lo que necesito y sobre todo tengo a las personas que quiero. Empieza la cuenta regresiva para el fin de este año y tengo todas mis esperanzas puestas en que el 2011 puede ser aún mejor.
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