Miro el ciello con su infinita extensión y me siento vacía. Miro a la luna, con esa brillo nacarado que ilumina y me siento apagada. Miro las refulgentes estrellas y me siento sola. Entonces una amarga lágrima rueda por mi helada mejilla. Porque yo sé que me falta. Porque yo sé que necesito. Porque yo sé que sos vos y nadie más. Porque yo sé que aunque le sonría a otros, vos siempre vas a robarme mi mejor sonrisa. Porque yo sé que aunque me sonrojo por otros, vos siempre vas a pintar mis mejillas de escarlata. Porque yo sé que aunque me ría y diga que estoy bien, no lo estoy. Porque yo sé que aún te sigo queriendo.

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