Me despierto cada mañana y veo las palabras escritas en mi pared. "I miss you so". Doy media vuelta y cierro los ojos con fuerza. Abro de nuevo los ojos y le pido a Dios, al este maldito mundo, al destino, que vuelvas a mi vida. El pasado me mira, con una sonrisa burlona, mostrándome todo lo que perdí, todo las oportunidades desperdiciadas por mi estúpido miedo y por mi irracional timidez. Cada mirada, cada sonrisa, cada tímida señal que tanto extraño. Te extraño. Claro que te extraño. Extraño esas cosquillas mágicas cada vez que te veía, extraño los corazones escritos en papel, extraño esa sensación de vuelo que sentía al lado tuyo. Extraño tu mirada traviesa pero sincera, esa sonrisa tuya que me dejaba a tus pies, extraño la inocencia y la ternura de mis sonrojos. Extraño tus tontas bromas que tanto adoré, extraño tus profundos ojos en los que siempre me sumergía, extraño las canciones de amor que escuchaba al pensar en vos. Porque ahora son todos son corazones rotos, canciones de desamores, sueños vacíos y risas falsas. El silencio me recuerda que no te tengo y la soledad que te perdí. Todo tiene un tinte de nostalgia, de recuerdos, de ilusiones vanas. La melancolía colorea los blancos y negros de mi vida, y de mi maltrecho corazón. I still miss you.
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