Fue una noche...extraña. Por un lado, estaba emocionada por lo hermoso del espectáculo. LA música de MI banda favorita con un coro y una orquesta sinfónica. ¿Quién puede objetar algo? Tenía esas cosquillas de emoción que, creo yo, sólo podrían ser superadas por la emoción de ver a Queen en vivo (o mejor dicho a Queen + Paul Rodgers). El comienzo con Bohemian Rhapsody fue simplemente emocionante. Y después mi canción favorita de todos los tiempos: Somebody To Love... magnífica. Realmente me saco el sombrero ante el trabajo, el esfuezo, el talento y la dedicación de los chicos de Dios Salve a la Reina. Es algo que vale la pena escuchar. Como dije, tenía toda la emoción y fanatismo propio de mi persona y por otro lado, tenía mi mente centrada en vos. Sí, en VOS. Cuando Pablo cantó You Take My Breath Away, yo no pude más que acordarme de vos. Yo sabía que escuchar mis canciones favoritas iba a hacer que mi cabeza empezara a recordar tu voz, tus ojos y tu sonrisa... y la verdad era que no estaba equivocada.
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