Era casi como si pudiera oír los pensamientos de Stefan, percibir sus sentimientos. Placer y deseo corrían veloces entre ellos, conectándolos, uniéndolos. Y Elena percibió también una fuente de emociones muy profundas dentro de él. Él quería abrazarla eternamente, protegerla de todo daño. Quería defenderla de cualquier mal que la amenazara. Quería unir su vida a la de ella.
Sintió la tierna presión de sus labios sobre los de ella, y apenas fue capaz de soportar la dulzura de todo eso. 'Sí', pensó. Las sensaciones ondulaban a través de ella como olas en un estanque quieto y transparente, y se sumergía en ellas, tanto en la alegría que percibía de Stefan como el delicioso oleaja de respuesta que brotaba de ella misma. El amor de Stefan la bañaba, brillaba a través de ella, iluminando cada punto oscuro en su alma igual que el sol. Tembló de placer, amor y anhelo.
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