"Uno lee para explicarse a uno mismo. Tanto la lectura como la escritura son ecuaciones de una misma necesidad. Sería absurdo que uno leyera la historia de otro: si uno tiene su propia historia, ¿para qué quiere la historia del otro? Pero está esa necesidad de entender al otro para entenderse a uno mismo. Yo leo por eso. ¿Qué necesidad tengo yo de levantarme a las 6 de la mañana y ponerme a escribir para contar cómo me fue? Es que si lo escribes, algo más saldrá." Juan Cruz Ruiz
Hoy estaba leyendo una entrevista a este señor, que es escritor, periodista y editor (o sea, un ídolo) y me llamó mucho la atención ese párrafo. Creo que describe perfectamente por qué leemos y por qué escribimos. O al menos, por qué yo leo y por qué yo escribo. Siempre me pregunté cuál es la motivación que me lleva a devorar libros y libros y, por sobre todas las cosas, qué es lo que me lleva a plasmar en palabras todo lo que me pasa.
Buscar el por qué es parte de la esencia del ser humano. Muchos de los descubrimientos, creaciones o avances científicos empezaron porque alguien tomó dos segundos de su tiempo para preguntarse ¿por qué? ¿Por qué decidí hacer lo que hice? ¿Por qué esto es como es? ¿Por qué siento lo que siento? El surgimiento de interrogantes no siempre indica problemas o miedos. Atreverse a parar aunque sea por un instante para cuestionarnos a nosotros mismos es una muestra de valentía y hasta de rebeldía. Preguntarse por qué es romper las estructuras, ir más allá, pensar afuera de la caja, mirar al futuro y sobre todo, animarse a crecer. Crecer implica revisar, de tanto en tanto, nuestro soporte, nuestros cimientos para asegurarnos que todo sigue como nosotros queremos y así, poder seguir construyendo. Y en el caso de que no nos guste lo que encontremos, siempre se puede empezar de cero, volver a empezar.
Y allí es donde volvemos a mi idea inicial. Para mí, leer es la forma que tengo de preguntarme por qué y escribir la forma en la que busco mi respuesta. Son las dos caras de una moneda. Una implica la otra y se complementan. Escribo porque leo y leo porque escribo. Esa dualidad va de la mano con el autoentendimiento, que está totalmente relacionado con el preguntarse por qué. Entenderse a uno mismo implica cuestionarse y buscar respuestas (aunque no siempre las encontremos); entenderse conlleva mirar a los otros, sumergirnos en las historias, vivencias y sentimientos de las personas y preguntarnos por qué.
Si no me creen, puedo darles un ejemplo. Si nunca me hubiera preguntando por qué sentía las cosas que sentía, por qué no podía dejar de pensar en él, por qué me importaba tanto, en este momento no tendría en mi cuenta de Facebook el "tiene una relación con". Gracias a que me pregunté qué era lo que hacía que sintiera cosquillas cada vez que estaba cerca, que mi cabeza estuviera en las nubes, que me alegrara cada vez que lo veía, hoy estoy donde estoy.
No tengan miedo a preguntarse por qué. Nunca saben que respuestas pueden encontrar.